Capitán
Phillips
Encima de la
mesa.
Cuando se aborda una situación de calado político y moral, lo más normal es que sus responsables se echen atrás con los conceptos que plantean y aboguen por cierta "humanización" de todas las partes implicadas. Vamos, como se vió en 'United 93', del propio Greengrass, donde un terrorista dudaba hasta el último momento de realizar su cometido.
Greengrass se ha librado en esta ocasión de esas dudas y factura una historia que, en primer lugar, construye una tensión inaudita, y después busca tu cabeza.
Cuando se aborda una situación de calado político y moral, lo más normal es que sus responsables se echen atrás con los conceptos que plantean y aboguen por cierta "humanización" de todas las partes implicadas. Vamos, como se vió en 'United 93', del propio Greengrass, donde un terrorista dudaba hasta el último momento de realizar su cometido.
Greengrass se ha librado en esta ocasión de esas dudas y factura una historia que, en primer lugar, construye una tensión inaudita, y después busca tu cabeza.
Tom Hanks es
el Capitán Phillips del título, un padre recto y disciplinado como bien se nos
muestra en una pequeña pero significativa conversación inicial (en la que, por
cierto, más valdría cambiar a Catherine Keener por una maceta, por poner un
punto negativo).
A partir de un hecho fortuito, su carguero rumbo a África se ve interceptado por piratas somalíes, dando inicio a un juego de astucia y tensión, aumentando el riesgo por parte de unos secuestradores poco proclives al diálogo y (el mejor/más horrible puñetazo del film) a la lógica.
A partir de un hecho fortuito, su carguero rumbo a África se ve interceptado por piratas somalíes, dando inicio a un juego de astucia y tensión, aumentando el riesgo por parte de unos secuestradores poco proclives al diálogo y (el mejor/más horrible puñetazo del film) a la lógica.
El contraste
de realidades entre el Capitán Phillips y los piratas se ha evidenciado desde
el principio, cuando hemos visto su poblado, las condiciones infrahumanas en
las que viven y su apuesta por la fuerza pese a todo.
Algo que dificultará las tareas de un protagonista más afianzado al razonamiento, que nunca ha empuñado un arma.
Algo que dificultará las tareas de un protagonista más afianzado al razonamiento, que nunca ha empuñado un arma.
El
espectacular manejo de la tensión de Paul Greengrass, a lo que por primera vez
ayuda su cámara en mano fijada en los detalles, deja momentos de absoluto
pavor, provocados por situaciones muy reales combatidas con los únicos medios
posibles.
Resulta curioso el contraste entre el gran carguero de Phillips y los esquifes
de los piratas, demostrando que caballo grande poco importa si se ve atacado
por enemigos pequeños mejor armados. Las armas son el elemento principal de una
historia donde nuestro protagonista no empuña ninguna; tremenda construcción de
carácter con detalles como ese.
Si digo que
Tom Hanks se va a volver a coronar después de años de poca notoriedad me quedo
corto. Su composición del pragmático hombre que es Phillips es enriquecida con
un sentido del humor poco convencional y, en última instancia, por unas enormes
agallas que hace valer en todo momento. La conversación inicial nos depara su
ideología, sus actos nos desvelan sus sentimientos más puros (honor y lealtad),
fantástico crecimiento.
A su lado, de entre los piratas somalíes destaca su líder Muse, pero en este caso existen pocos matices. Hacer de una minoría étnica unos brutos descerebrados, bravucones y cobardes que no dudan en traicionar cuando las circunstancias no les favorecen es un gran "logro" en tiempos políticamente correctos. Están para contrastar con Phillips, y no solo lo hacen sino que por el camino dejan un breve vistazo muy real a ciertas sociedades africanas.
A su lado, de entre los piratas somalíes destaca su líder Muse, pero en este caso existen pocos matices. Hacer de una minoría étnica unos brutos descerebrados, bravucones y cobardes que no dudan en traicionar cuando las circunstancias no les favorecen es un gran "logro" en tiempos políticamente correctos. Están para contrastar con Phillips, y no solo lo hacen sino que por el camino dejan un breve vistazo muy real a ciertas sociedades africanas.
En sus
últimos compases, no se puede dejar de esbozar una historia de primer
mundo/tercer mundo, con el primero fuertemente militarizado y con el segundo
con la cabezonería y riesgo como última opción.
El sutil diálogo entre ellos, de "te dejamos hacer, pero no nos toques las narices, o lo lamentarás" es el último ataque de una película que no deja descanso, a cuerpo y mente.
El sutil diálogo entre ellos, de "te dejamos hacer, pero no nos toques las narices, o lo lamentarás" es el último ataque de una película que no deja descanso, a cuerpo y mente.
'Capitán
Phillips' ataca tus nervios, pero en última instancia también tu moral.
Y solo por atreverse a ir un poco más allá merece reconocimiento como poderosa
recreación de los hechos que a veces atacan nuestro fuerte e hipócrita primer
mundo.
0 comentarios:
Publicar un comentario